Laura Albarrán
El sentido de la justicia ya venía impreso en mi ADN.
No vengo de una larga saga de juristas.
Ni familiares abogados o procuradores, ni amistades del mundo del derecho que inspiraran mi vocación profesional en mi niñez.
Mi nombre es Laura Albarrán
Soy procuradora en los 21 partidos judiciales de la Comunidad de Madrid. Y en Toledo y Guadalajara. Y además soy mediadora.
Y cada día al terminar de trabajar, me siento igual de entusiasmada por ejercer mi profesión que el día en que me colegié (y esto fue en 1999, así que imagínate).
Si eres abogado/a seguro que ya sabes de sobra las ventajas de tener un procurador en quien poder confiar para que la gestión procesal de tus pleitos no te despierte por las noches.
Más concretamente, contar conmigo como procuradora cuando un asunto lo requiere:
- Te garantiza agilizar los trámites para que tu pleito se resuelva lo mejor y más rápido posible.
- Te asegura que cuentas con alguien que se conoce cada detalle del funcionamiento de todos los juzgados y Tribunales de Madrid y alrededores (ventajas de llevar 25 años recorriendo sus pasillos).
- Te da la tranquilidad de no tener que pensar en toda la carga administrativa del proceso (desde que empieza hasta que acaba), sabiendo que estoy a una llamada de distancia de resolver cualquier duda o urgencia que surja llegado el caso.
Por suerte para todas las partes, que haya un conflicto no tiene por qué significar acabar en los juzgados sí o sí.
Por eso, además de procuradora soy mediadora.
Para poder ayudar (antes de tener que ir a juicio) a aquellos clientes que llegan a tu despacho en pleno conflicto, ya sea en el ámbito de la mediación familiar, civil, laboral, escolar o penal.
En la práctica, esto se traduce en permitir la comunicación de todos los involucrados en situaciones complicadas pero que no sería necesario resolver frente a un tribunal, como pueden ser:
- El reparto de una herencia
- La reestructuración de una empresa (incluida la empresa familiar)
- Desencuentros vecinales derivados de derramas, ruidos o cualquier otro problema de convivencia…
Eso es lo que me convenció de esta disciplina:
El poder proporcionar un terreno de entendimiento en el que las partes involucradas por lo menos podrán escuchar y ser escuchadas, y por tanto, comprender y ser comprendidas.
Y esto ya es un paso para buscar entre las partes una solución (que, de no llegar, siempre nos deja la opción de la vía judicial).
Soy licenciada en Derecho.
Tengo un máster en Mediación civil y mercantil.
Soy técnico en mediación penal y familiar.
Y, para poder acompañar lo mejor posible, nunca dejo de formarme:
- Inteligencia emocional
- Psicología positiva aplicada
- Defensa legal activa de las personas con discapacidad en la era digital
- Expediente de nacionalidad por residencia
- Plan de igualdad
- Cuestiones de interés relativas al estatuto de la víctima
- Formación en violencia y perspectiva de género